jueves, 10 de mayo de 2012

Un poco de agua caliente

Ayer mientras me duchaba me puse a pensar en la ducha. Me gusta ducharme, con agua caliente, aunque sea verano. Con agua templada al principio e ir calentándola hasta que me queme la piel y mis muslos empiecen a coger un tono rojizo. Bañarme me gusta aún más que ducharme.

De pequeña siempre me bañaba en una pequeña bañera que teníamos en nuestro antiguo baño. Mi madre nos metía a mi y a mi hermano juntos en el agua, y recuerdo que hacía algo que a los dos nos encantaba; echaba un chorro de jabón al interior de la bañera y la espuma crecía y crecía hasta que nos cubría casi hasta la cabeza. Yo cogía la espuma blanca y me hacia crestas y peinados extraños.

Otras veces estaba en el agua yo sola; me balanceaba hacia adelante y hacia atrás haciendo que toda el agua a mi alrededor se moviese conmigo, adelante y atrás, desbordándose por los bordes, incluso traspasando los límites de la puerta y llegando al pasillo. Una vez... mi madre se enfadó tanto conmigo por inundar la casa que me  sacó envuelta en la toalla a la escalera, con la cabeza cubierta de espuma. Lloré y grité, como una de esas niñas que ahora no soporto, esas niñas a las que miro con cara de asesina para intimidarles y hacerles callar. Pero ahora me río de aquel día.

Cuando crecí un poco me gustaba meter a mis Barbies conmigo en el agua, jugar con ellas, imaginarme que eran expertas submarinistas o sirenas, aunque mas que con las Barbies me gustaba jugar con los Nenucos, hacer de amatxo responsable que lava a su bebé.


Hasta que me hice tan grande que no cabía a la vez que otra persona en la bañera, me encantaba meterme al agua con mis amigas, y jugar con la espuma igual que cuando tenía tres años.

Pero cuando llegué a mi adolescencia todo eso terminó. Dejé la bañera y pasé a la ducha. Recuerdo que solía escribir cosas en los cristales empañados de la ducha que habíamos puesto en el lugar de la bañera de mi infancia. Escribía todo tipo de cosas, dibujos.... pero sobretodo escribía el nombre del chico que me gustaba ( que solía variar a menudo). Siempre he pensado que tengo mejor letra cuando escribo con los dedos húmedos sobre un cristal empañado.

Y ahora, sigue gustándome ése momento del día. Entre semana suele ser antes de ir a dormir, me relaja, es como un "reset" en mi mente. Cuando tengo tiempo me ducho por las mañanas, tranquilamente, sin prisas. Y cuando llego muy cansada de la universidad o de la calle, algo que últimamente me pasa continuamente, me doy un baño. No me gusta tanto bañarme como antes, me siento mal cuando pienso la gran cantidad de agua que estoy gastando y que otros necesitan más que yo. 


En la ducha mi mente se queda en blanco, a veces,  se queda tan en blanco que olvido lo que he hecho en todo el rato que llevo bajo el agua, salgo de repente de mi burbuja y despierto, y pienso " ¿me he jabonado ya el pelo?", y como no me acuerdo, me lo vuelvo a jabonar; es posible que algunos días me haya jabonado el pelo más de 2 veces por mi atontamiento. 


Me parece bonito mirar mi cuerpo desde arriba. Las gotas resbalan sobre la piel y crean dibujos y caminos, y reflejos de los colores que hay alrededor; azules y verdes, amarillos y blancos. Me gusta ver mis uñas de los pies pintadas de colores cálidos y llamativos, rosas o rojos, a veces también naranjas y amarillos.  Quiero dibujar esa perspectiva que sólo yo puedo ver, hacer un cuadro o sacar una foto de ésa imagen que tan preciosa me parece. 

Estar bajo agua fría no me gusta, pensaréis que estoy loca pero esto tiene una razón. Me da muchísimo miedo el fondo del mar, tanto que hasta hace poco no era capaz ni si quiera de ver documentales a cerca del tema. Tengo una increíble imaginación y cuando estoy debajo de un chorro de agua helada, cierro los ojos y lo primero que me viene a la cabeza es el fondo del mar polar, y ése es entre todos los océanos el que más miedo me da, por el hielo, la oscuridad y el no saber que se esconde en las profundidades. 

Y aunque creáis que la bañera solo puede tener la función que he descrito hasta ahora, con un poco de imaginación puede tener muchas más utilidades que esa...



¡Cómo el de escenario para una sesión de fotos!


















¡Hasta pronto gente que me lee!

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